La recuperación de saldos a favor es más que un trámite: es una estrategia que mejora tu liquidez y valida tu cumplimiento fiscal. Las devoluciones fiscales son un recurso valioso si se gestionan con rigor técnico, documentación sólida y un enfoque preventivo frente al SAT. Hacemos posible que obtengas tus devoluciones legítimas, con orden y sin riesgos.

Solicitar una devolución fiscal no es simplemente “pedir que te regresen lo que te corresponde”. Es un proceso técnico, delicado y, en muchos casos, desgastante. El SAT tiene cada vez más filtros, cruces de información y criterios para autorizar una devolución, y cualquier inconsistencia puede traducirse en retrasos, requerimientos o rechazos.
El primer obstáculo suele estar en la contabilidad. Si tus registros no son precisos o no están alineados con los comprobantes fiscales, el sistema detectará diferencias. También hay contratos, pagos y deducciones que, aunque legales, si no están bien documentados o sustentados, pueden ser cuestionados. En ocasiones, el problema no es que la devolución no proceda, sino que no está lo suficientemente explicada.
Otro riesgo común es asumir que basta con presentar la declaración. Pero en muchas devoluciones —sobre todo si el monto es alto— el SAT puede revisar tus relaciones comerciales, movimientos bancarios, conciliaciones y hasta tus flujos de efectivo. Si algo no cuadra, la devolución se detiene.
Y si llega un requerimiento, el tiempo corre en tu contra. Muchas empresas pierden devoluciones por no responder en forma o en tiempo, o por no tener a la mano los expedientes completos. Otras optan por “dejarlo pasar” por miedo a una revisión más amplia… y terminan perdiendo liquidez valiosa que sí les correspondía.
Pedir una devolución no debería ser un riesgo ni una carga. Pero sin preparación, puede convertirse en ambas.
Solicitar una devolución fiscal no debería ser un proceso incierto. Nosotros te ayudamos a convertirlo en una herramienta de planeación financiera sólida, clara y con respaldo legal.
Comenzamos con una revisión precisa de tu contabilidad: ingresos, egresos, facturas, conciliaciones y contratos. Detectamos posibles errores, omisiones o inconsistencias antes de que lo haga la autoridad. Si encontramos áreas de riesgo, las corregimos de inmediato o preparamos la justificación correspondiente para que tu devolución tenga sustento técnico y documental.
Nuestro enfoque también incluye el análisis de relaciones comerciales, estructuras de pago y cumplimiento normativo. Verificamos que todo esté alineado con lo declarado ante el SAT y que cada deducción tenga respaldo contable y jurídico. Esto no solo facilita la devolución, también te protege ante posibles requerimientos o auditorías.
Además, implementamos estrategias de optimización fiscal adaptadas a la naturaleza de tu operación. Identificamos beneficios que quizá no estás aprovechando, y construimos una base que te permita mejorar tu flujo de efectivo sin poner en riesgo tu cumplimiento.
Te acompañamos en todo el proceso: desde la preparación de tu expediente, la solicitud formal ante la autoridad, la atención de requerimientos si los hay, y —si es necesario— la defensa jurídica para hacer valer tu derecho a la devolución.
El resultado es un proceso ordenado, sustentado y estratégico, que te permite recuperar lo que es tuyo sin conflictos, retrasos ni sorpresas.
Protege tu inversión cuidando desde el origen de las aportaciones hasta la escrituración de las unidados, documentando legalmente cada paso para evitar riesgos fiscales, reputacionales o penales y generar confianza ante terceros.
Vende con tranquilidad protegiendo legalmente cada operación. Ganas confianza, protección legal y seguridad para cerrar tratos sin frenar el proceso comercial.
Formaliza tu rol como intermediario para evitar responsabilidades ajenas. Te ayudamos a estructurar legalmente tu participación y cumplir sin afectar tu operación ni tu reputación.
Rentar inmuebles de alto valor, te podría hacer sujeto a obligaciones antilavado. Cumple desde el inicio y evita contingencias legales que pueden afectar tu patrimonio.
Actuar a cuenta de terceros implica obligaciones legales, te coloca en el centro de la operación. Cumple y documenta correctamente tu servicio profesional, separando la relación de confianza de una contingencia legal o profesional.
Identificar quién tiene el control real de una persona moral y las partes de un fideicomiso es una obligación del Código Fiscal. Cumplir esta obligación evita multas, auditorías y pérdida de credibilidad ante el SAT.
Enfrenta sanciones o actos de autoridad con una defensa jurídica sólida y especializada. Protege la operación de tu negocio frente a resoluciones del SAT, CNBV o UIF sin comprometer la continuidad comercial.
Prevé conflictos y soluciona controversias sin pasar por jueces y tribunales, resuelve disputas de forma legal, privada, efectiva y económica a través de justicia alternativa.
Y hagamos algo grande