Intermediación Inmobiliaria

Sabemos lo que implica estar en medio

Intermediar una operación inmobiliaria no es solo conectar partes. Si te dedicas a esto, sabes que una compraventa siempre tiene sus particularidades. Desde juntar toda la documentación, las prisas, los tiempos de la notaría, las presiones por cerrar… y muchas veces terminas en medio de una operación donde no controlas ni los tiempos, ni los recursos, ni los papeles. Pero ahí estás, y tu nombre también se queda en la mesa.

Uno de los mayores riesgos del intermediario es el rigor profesional: contar con un contrato de prestación de servicios de intermediación completo y claro, la formalidad de una propuesta de oferta debidamente firmada por las partes, la claridad sobre los pagos y la recepción de tu comisión. La operación se cerró, pero tú quedas expuesto: sin documentación adecuada de la operación y con obligaciones ante una autoridad que responsabiliza por igual.

Y si tu empresa opera con agentes comisionistas —como la mayoría en el sector— sabes que esa dinámica trae velocidad… pero también puntos ciegos. El agente quiere cerrar rápido, muchas veces sin cuidar con diligencia el contrato formal, expedientes completos o revisión de quién paga. Y aunque él solo reciba comisión, la responsabilidad sigue siendo tuya como empresa. Cada trato mal documentado que pasa por uno de tus agentes, puede volverse una contingencia legal o fiscal para ti.

Y luego está el dinero. El cliente paga con efectivo, o el depósito lo hace un tercero que ni siquiera aparece en el contrato. Tú no decides eso, pero estás en medio. Si no identificas quién paga, si no reportas lo que debes o si no verificas que el expediente del cliente esté completo, el riesgo se acumula… y no solo para el comprador o el vendedor.

No se trata de que lo estés haciendo mal, sino de que no hay estructura. El SAT no pide permiso, la UIF no pregunta si tú solo hiciste el contacto. Por eso estamos aquí: porque entendemos cómo operas, y sabemos exactamente dónde empieza tu exposición legal.

Estructura legal para proteger tu intermediación

En Feregrino entendemos que intermediar no significa tener control sobre todo… pero sí implica tener responsabilidad. Por eso te ayudamos a cumplir con lo que te corresponde sin complicar tu operación ni detener tus cierres.

Te acompañamos desde lo básico: elaboramos contigo un contrato de prestación de servicios de intermediación que te respalde legalmente, validamos tus procesos de captación de clientes, y diseñamos un formato de oferta que te ayude a formalizar cada trato con claridad.

También revisamos el manejo de los pagos: identificamos si hay terceros involucrados, verificamos si debes presentar aviso, y evaluamos si la comisión que recibes está documentada como exige la ley. Si no cuentas con el comprobante de la operación inmobiliaria o no sabes cómo justificar el ingreso, nosotros lo estructuramos contigo.

Además, implementamos o fortalecemos tus controles de cumplimiento: integración de expedientes, reportes a la UIF, políticas mínimas. Y si ya enfrentaste una observación, requerimiento o bloqueo, te defendemos con conocimiento del criterio de la autoridad.

También diseñamos esquemas que te permiten supervisar y alinear la operación de tus agentes comisionistas. Creamos formatos, procesos y controles que integran su participación al cumplimiento legal de tu empresa, sin frenar su labor comercial ni poner en riesgo tu responsabilidad como sujeto obligado.

Nuestro enfoque no es volver tu operación más pesada, sino más segura. Adaptamos cada recomendación a tu realidad como intermediario, sin generalidades. Así vendes con estructura, proteges tu nombre y blindas tu trabajo frente a cualquier revisión.